02-12-2013.
Salimos de Santiago de Chile a las 12 h. con la empresa Cata, 560 pesos. 8 horas de bus hasta llegar a Mendoza, nuestro próximo destino, con ganas y energía renovada para seguir la ruta.
Mendoza está ubicada al pie de las más altas montañas de Los Andes. Nombrada el 30 de octubre de 1987 como Capital Internacional del Vino por la OIV
y también designada 8ª Capital Mundial del Vino, forma parte de una Red Mundial
junto a otras famosas ciudades vitivinícolas como Bordeaux o Florencia, entre
otras, hecho que coloca a los vinos mendocinos en una inmejorable posición en
el mundo, siendo su variedad insignia el “Malbec”. Cuenta con unas 1200 bodegas.
Allí habíamos quedado con Jimena, nuestra próxima anfitriona de couchsurfing. Nos esperaría en el hotel Sheraton, donde trabaja y sale a las 2 de la madrugada. Al llegar vamos a conocerla al hotel, donde dejamos las mochilas, la saludamos y salimos a dar una vuelta por el centro. Nos dirigimos a la Plaza Independencia, la más grande y céntrica de la ciudad. Allí nos encontramos con una grata sorpresa, un festival de la cerveza con música celta en vivo y paradas de cervezas artesanales y comida donde poder encontrar desde el clásico choripán a cordero, chivo.. todo a la brasa. Paseando nos hacemos una foto y conocemos a dos chicas, una de Mendoza y su amiga Tailandesa con quienes tomamos unas cervezas y charlamos un buen rato.
Luego ya solos cenamos unos choripanes y cerveza artesana tumbados en el césped y disfrutando de la música. Fue un buen comienzo. Paseamos un poco más haciendo tiempo y volvemos al hotel donde esperamos a Jime que sale un poco antes de su hora y ya de camino a su casa nos vamos conociendo un poco más. Allí esperamos que Hernán, su pareja, que es cocinero y también viene de trabajar. Nos quedamos charlando hasta las 4 de la madrugada tomándonos un Negroni (cóctel de aperitivo seco preferido de Jime, hecho a base de Campari, Vermout rosso y Gin). Bastante potente, cómo diría nuestro cuñado David. Qué mejor manera de acabar el día. Gente magnífica con la que nos sentimos muy a gusto desde el principio y con la que compartimos gusto por muchas cosas. Hernán vivió en España y está encantado de escucharnos hablar cosas y costumbres de allí que le traen tantos recuerdos.
La mañana siguiente nos levantamos pronto para visitar una bodega, Nieto Senetiner, una de las mejores y donde trabaja una amiga de Jime, Jasmine. Y es que gustándonos cómo nos gusta el vino y tenemos la gran suerte de que nuestra anfitriona es somelier. Hacemos la visita a la bodega y los viñedos, degustación de sus vinos y almuerzo exquisito en la mejor ubicación posible, en el porche con vistas a las viñas. QUÉ MÁS PODEMOS PEDIR? Pues empanadas de carne de primero espectaculares y asado de segundo. Todo ello regado con vinos blanco Torrontés y tinto Bonarda, uvas nuevas para nosotros. Y por si no fuera suficiente nos da a probar el vino más alto de la bodega, Cadus. Y todo esto gentileza de la Jasmine, que nos trató cómo reyes. Lujo es poco.
Y cómo no, después de la comilona una buena siesta a la Mendocina, de la que Jime no pudo disfrutar porque tenía que volver al trabajo. Ya tarde volvemos a la Plaza Independencia y cenamos de nuevo tumbados al césped unas salchichas ahumadas con curry y salsa barbacoa, esta vez ya con menos ganas de música celta.
Volvemos al hotel a buscar a Jime con quién vamos a encontrarnos con Hernán en un bar a tomar unas copas. Nos dan las 5 de la madrugada charlando sin parar de todo un poco.
A la mañana siguiente nos despertamos y de cabeza a las piscina comunitaria. Otro lujo de estos días en Mendoza. Y con la calor que hace, unos 30 grados ó más, se agradece. El resto del día no hacemos nada más que ir a comer a un centro comercial cercano, siesta y de nuevo al centro, esta vez a la calle Arístides, zona de bares y terrazas muy ambientada. Tomamos una buena cerveza, un plato de patatas rústicas enorme y unas caipiriñas muy ricas 2x1.
Nuestro último día Jimena nos lleva al Parque General San Martín, con 17 km. de recorrido y de los que sólo hacemos una pequeña parte y subimos a su cerro donde se puede ver la ciudad. Comemos en un restaurante en el centro comercial junto a su casa, menú ejecutivo, provoleta (queso hilado Argentino, semejante al provolone italiano, a la brasa con tomate y orégano) y entraña de vaca a la brasa con verduras. Y yendo con una buena somelier no podía faltar un buen vino de uva Bonarda, que estaba re-bueno.
A las 19h. nos dirigimos con las mochilas a la Ómnibus a comprar los billetes a Buenos Aires. Pero antes de salir Hernán nos regala un cd. de "Los Piojos", un grupo de rock argentino. Gran detalle!! Nosotros le pasamos música nuestra que le gustaba y a cambio tuvo este detalle con nosotros.
Cómo nuestro bus sale a las 22 h., volvemos al hotel, esta vez a despedirnos de Jime.
Difícil describir estos días con Hernán y Jime, gente especial y que simplemente nos deja sin palabras.
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MENDOZA - TIERRA DE VINOS
viernes, 6 de diciembre de 2013
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Unknown
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2:37
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