IBAGUÉ, YA EN CASA

martes, 18 de marzo de 2014

25-02-14.

Después de nuestro lindo secuestro por la zona sur de Colombia y tras visitar pueblitos preciosos, conocer la cultura cafetera y disfrutar de muchos momentos maravillosos con nuestros amigos colombianos, llegamos por fin a Ibagué. Allí nos esperaban Juan Esteban y Mª Juliana. Fue un placer volver a reencontrarnos con ellos después de tanto tiempo sin vernos, 6 años y medio hacía que nos conocimos en Tailandia. Ya tocaba! Fue un reencuentro muy bonito, charlamos e intercambiamos historias hasta altas horas de la madrugada.
Ibagué es una ciudad situada en el centro de Colombia, sobre la cordillera central de los Andes  y considerada la capital americana de la música, y aunque Juan Esteban nos la vendía como una ciudad no muy bonita pero tranquila, a nosotros nos pareció en todo momento una bonita ciudad, muy tranquila sobretodo, donde pasear era un placer.
Tenemos que resaltar ante todo que en casa de los Gómez-Espinosa estuvimos como en casa de nuevo y a pesar de estar tan lejos y tanto tiempo fuera de ella, volvimos a tener la sensación de estar en un lugar querido (después de haber tenido esa sensación en Arequipa ó Santiago de Chile con Alejandro), y poder descansar e intentar recuperar energía. Para ello nuestros amigos pusieron todo de su parte, a parte de mostrarnos todo lo que pudieron desde Ibagué hasta los alrededores.

De relax en casa de los Gómez-Espinosa

Cenando pizza con Juan Esteban

Ya el primer fin de semana después de llegar nos fuimos a la casa que los abuelos tienen en Prado, un lago artificial y bello lugar situado a unas 2 horas de Ibagué. Su principal atractivo es la Represa de Hidroprado, ubicada a 15 minutos del municipio y alimentada por las aguas de los ríos Cunday y Negro. Este lago cuenta con 4.340 ha de extensión y es lugar de descanso dominical y veraniego para muchas familias colombianas. Lo bordean muchas casitas atractivas, una de las cuales es a la que nos dirigíamos, de Constantino y Chavela, los padres de Claudia, gente encantadora y personas enérgicas donde las haya. Allí disfrutamos el fin de semana de una paz inmensa, relajados sin más que hacer que pegarnos un chapuzón en la piscina, comer y descansar. Aquí también celebramos el cumpleaños de Constantino y al día siguiente el de Claudia. Lo pasamos muy bien en Prado, un lugar muy lindo. Esta casa costó mucho trabajo construirla, con mucho esfuerzo la hicieron poco a poco y ahora la disfrutan con sus hijos, nietos y amigos. Justo este fin de semana la estrenábamos de nuevo después de estar 13 años cerrada por la imposibilidad de acceder debido a lo peligroso que era entonces con la guerrilla de las FARC. No sólo en esta zona, si no en muchos lugares de Colombia, era muy peligroso circular por según qué carreteras y acceder a según qué zonas ya que estas estaban controladas por la guerrilla y podías ser víctima de un secuestro o robo.
También este fin de semana pasamos noches inolvidables de charlas y juegos. Nos culturizamos y reímos mucho con un juego muy simple, el diccionario, donde tenías que adivinar el significado de palabras escogidas del diccionario y en el que supimos que era una Mancebía, y a más de uno fastidiaron con una palabra denominada Mesana (esa persona ya sabe a lo que nos referimos). Y no olvidar tampoco un juego de dados muy divertido en el que tenías que llegar a la cantidad de 100 pero si sacabas dos unos te volvías a quedar con 0 pts, Aquí Claudia fue una experta en los 1, fue la "Atila" del juego y donde Daniela (hermana de Juan Esteban y Mª Juliana y a la que aún no conocíamos) la "Atilita" y los demás hacíamos lo que podíamos, algunos más arriesgados que otros...
Así pasamos el fin de semana y regresamos en la lancha que cruzaba la represa en poco más de 1 hora hasta llegar al puerto, donde teníamos el coche. Después de 2 horas y tras unas cuantas paradas para comprar fruta (como no!) llegábamos de nuevo a Ibagué.

En barco por el lago Prado hacia la casa
    












De relax total en Prado:

 

 Celebrando el cumpleaños de Constantino








En casa de los Gómez-Espinosa nos levantábamos, desayunábamos el delicioso desayuno que nos preparaba Yamila (la encargada de hogar, una chica muy simpática y agradable quien también nos trató de maravilla), salíamos a pasear, a hacer recados varios, comida en casa y descanso, reponiendo así fuerzas. La verdad es que necesitábamos este parón después de tanto tiempo ininterrumpido de autobuses, hospedajes en lugares diversos, caminatas.. y se agradecía el tener una casa permanente y no pensar qué hacer y qué visitar.

    Ibagué:




 Indio Pijao
- Los pijaos fueron una de las últimas tribus en ser derrotaras por los ibéricos en América Latina. Nombrados así por los españoles, porque pija es el miembro viril masculino y en ese caso los pijaos eran bien dotados, además una tribu de aguerridos guerreros, tanto así que los españoles tardaron casi un siglo para exterminar esta comunidad indígena. -
 
Asistimos también al estadio de futbol del Tolima de primera división. Es el equipo de la ciudad de Ibagué y del cual nuestros amigos son hinchas. Lo hicimos vestidos con la camiseta del equipo y pudimos hacernos la foto con el "Pijao", un personaje que anima a la hinchada y que viste cual gladiador del imperio Romano-tolimense. Hizo un gran partido Tolima, metiendo primero y con muchas jugadas de peligro y disparos entre los 3 palos, pero al final no tuvo el día y encajó un gol en los últimos 7 minutos. No los pudimos ver ganar pero disfrutamos mucho de una noche de fútbol en un estadio colombiano, otra de las muchas anécdotas encantadoras que salpican nuestra vuelta al mundo.


 Con el "Pijao"
Con Juan Esteban y Gustavo

El segundo fin de semana que pasamos en Ibagué lo aprovechamos para ir a la casa que Hernando y Silvia tienen en Honda, una población situada a 2 horas de Ibagué. Una casa preciosa y decorada con muy buen gusto, amplia y abierta, a la que no le faltaban sus arbolitos en el interior haciendo sombra a la piscina. Visitamos este pueblito encantador y con muchos rincones preciosos, con muchos resquicios de la colonización española y con un puente, el puente Navarro, inaugurado el 16 de enero de 1899 y declarado Monumento Histórico Nacional el 10 de Mayo de 1994. Llama la atención desde el primer momento su llamativo color amarillo y su similitud con la estructura del Golden Gate de San Francisco. Y no estamos ante una casualidad ya que lo construyó la misma compañía que construyó el famoso puente, la San Francisco Bridge Company. Curiosamente este de Honda fue construido en primer lugar y se considera el puente más antiguo de América, otro gran descubrimiento que hemos tenido el placer de conocer.

    Honda:





Con Silvia y Gustavo por las calles de Honda
    Las mil y una frutas colombianas.
 
    
 Puente Navarro


 En casa de Hernando y Silvia

De Honda regresamos con un miembro más de la familia, esta pequeña perrita abandona que Claudia recogió para, cómo hace ella siempre, cuidarla, recuperarla y darla en adopción. Menos mal que no sabemos cómo pero vino a ella. De nombre Petita ó Jordita para algunos. En poco tiempo estará recuperadísima.


Otro día Juan Esteban nos llevó a ver el Cañón de Combeima. Situado cerca de Ibagué, al oriente de la cordillera central y naciendo desde el Nevado del Tolima. Increíble paisaje con pendientes de hasta 90 grados y dejando paredes de roca pura que tiene el Cañón.
Uno de sus atractivos es recorrer el río Combeima con sus alrededor de 50 cascadas con aguas cálidas y donde se puede acampar y bañarse en unas piscinas termales. Hay una variada oferta de restaurantes donde comer toda la gastronomía típica de la región. También se pueden practicar actividades eco-turísticas como senderismo, cabalgatas, deportes de aventura, escalada en rocas y montañismo.
Nosotros, por desgracia, no tuvimos la suerte de verlo en su mayor esplendor por el mal día que nos hizo, pero pudimos apreciar su majestuosidad.

    Vistas desde el mirador de los Sauces

    Otros momentos:
 
 Con Gustavo, Juan Esteban, Mª Juliana y Ángela
 
    Cena a la catalano-española en casa, con escalibada, tortilla de papa, embutidos y cómo no, vino:

 
Paella de despedida gentileza nuestra. En Villa Juliana, casa de Constantino y Chavela:

 El chef paellero







Lista para comer



Después de pasar 2 semanas en Ibagué junto a nuestra ya familia colombiana, nos disponíamos a ir a nuestro próximo destino en Colombia, Cartagena de Indias. Cartagena es uno de los destinos más conocidos y visitados en Sudamérica, ciudad colonial por excelencia. Situada a orillas de mar Caribe, es un Distrito Turístico, Histórico y Cultural.
En principio nuestra estancia en esta ciudad iba a ser de unos 3 o 4 días, pero el destino quiere que no sea así. Y explicaremos el por qué..
Durante nuestra estancia en Ibagué toda la familia Gómez-Espinosa nos habían hablado maravillas de un miembro de ella, Juan Felipe, primo de Juan Esteban y Mª Juliana que tiene un restaurante en Cartagena, el Restaurante Donjuán, y justo al lado de este el restaurante María, otro que abrió hace poco más de 1 año con un concepto de cocina más informal y con los que ha conseguido ser una referencia en Colombia. Pues aquí en Donjuán y María y gracias a Hernando, que se puso en contacto con Juan Felipe, voy a trabajar como pasante, aprendiendo técnicas de cocina, el funcionamiento de este mundo y cogiendo experiencia, aprovechando así esta oportunidad. Nunca se sabe si durante este viaje o más adelante puede ser de utilidad.
Siempre he sido una enamorado de la cocina y aunque no he trabajado ni estudiado nunca esta profesión, exceptuando algún pequeño curso más bien casero, sí he sabido que era mi pasión. Todo surgió una mañana, que después de despertarnos en casa de Hernando y Silvia y ver una revista donde salía Juan Felipe, se nos ocurrió la idea ofrecerme para ir a su restaurante a aprender, siempre y cuando él estuviera de acuerdo. Y cuando Hernando le llamó no tardó un segundo en decirle que sí, que fuéramos a hablar con él y que me daba su permiso para estar allí aprendiendo este arte desde dentro. Así que con toda la ilusión y las ganas hacía allá iremos..

Además, por primera vez en este viaje desde que empezamos nuestra aventura en Ushuaia, cogeríamos un avión que nos llevaría a Cartagena, y lo hacemos acompañados de Nana, la hermana de el ex-novio de Mª Juliana, Jose, quién estudió cocina y trabajó en Estados Unidos como chef, y también vendrá a Don Juan a trabajar.

Desde que empezamos esta preciosa aventura aquel 29 de octubre siempre hemos tenido claro que nos dejaríamos llevar por el destino. Aunque siempre hemos sabido que lo importante y principal para nosotros es vivir esta experiencia de viajar, conocer lugares, culturas y gente llevándonos con nosotros lo mejor de todo ello, también sabíamos que si la vida nos diera una oportunidad de quedarnos más tiempo en un lugar para llevarnos algo más y de paso alargar este viaje, no lo íbamos a dejar escapar, al contrario. Y después de casi 4 meses ha llegado ese momento, el momento de aprovechar el ahora y el aquí y dejarnos llevar por lo que la vida nos está dando.

En nuestra próxima entrada iremos detallando el seguimiento de esta nueva experiencia tan distinta a las hasta ahora vividas. De momento la idea es estar allí un mes e ir viendo qué pasa. Y eso haremos, irlo viendo y irlo contando aquí.