AVENTURILLA EN TUMBES Y LLEGADA A ECUADOR - CUENCA

miércoles, 29 de enero de 2014

26-01-14.

Nos despedimos de Punta Sal y a un nuevo país, Ecuador, concretamente Cuenca. Se puede hacer de 2 maneras, salir en bus desde Máncora, a 20 minutos al sur de Punta Sal, por 60 soles, pero eso sí, sólo salen buses por la tarde-noche, o ir en colectivo hacia el norte hasta Tumbes, de ahí en taxi hasta la frontera y otro taxi hacia Huaquillas, Ecuador, y allí bus a Cuenca.
Nosotros escogemos esta última opción, ya que para variar, nos han dicho que esta frontera es complicada y hay que tener cuidado de noche. Jerry nos puso en contacto con un taxista de confianza de Tumbes y ya íbamos a lo seguro, ya que si no vas con alguien recomendado no son muy de fiar.
Nos despedimos de Jerry, Manuel y Santiago y vamos en moto-taxi a la Panamericana. Nada más llegar había un taxista que ofreció llevarnos por el mismo precio del bus, 10 soles por persona. Suponemos que le interesaría no ir vacío y nos fuimos con él. En una hora estábamos en Tumbes. Y aquí es donde empezó lo bueno. Bajamos del taxi y sin tiempo a reaccionar aparecieron 3 chicos y empezaron a ofrecerse para llevarnos. Les dijimos que no, que ya teníamos taxi, pero insistieron. Nosotros sacando las mochilas del coche y intentando hablar con nuestro taxista para pagarle, pero no nos dejaban. Hasta una mujer se acercó a Jordi y le dijo: pero chico, cuidado, que te van a robar la mochila!! Y esto es lo que hacen, o despistarte para quitarte la mochila y salir corriendo, o engañarte y llevarte a la frontera cobrándote varias veces más de lo que cuesta. No es muy aconsejable ir directamente a Tumbes sin haber contactado con un taxista de confianza. El que nos esperaba a nosotros se llama López y su teléfono móvil es: 942469619. Llamarle antes de ir y concretar, es un hombre majísimo y de fiar.
Total, que al salir del taxi vimos una chica policía y le preguntamos donde descambiar dinero para pagar al taxista haciéndole ver que estábamos acosados por estos personajillos. Nos dijo que entráramos en un casino que hay a unos metros y allá vamos. Y cómo en la puerta hay un guardia de seguridad, nos acercamos con las mochilas y le dijimos si podíamos entrar a pedir cambio y dejar nuestras mochilas en la puerta junto a él. Entramos uno y cambiamos, una cosa menos. Sólo faltaba llamar a nuestro taxista López y que nos viniera a recoger. Y apareció otro tipo que haciéndose el amable dijo que nos acompañaba a llamar por teléfono, fui con él y Jordi se continuó quedando en la puerta del casino con las mochilas y el guardia de seguridad.  Fuimos a una cabina al otro lado del casino (luego vimos que había una más cerca) y diciendo que ya se pone él, llama, habla con López diciendo: así que está en Puerta Pizarro.. pues nada adiós. Y colgó diciendo que no podía venir. Y cómo sonaba sospechoso, le dije que ya llamaba yo. Volví a llamar y hablé con él diciéndole que cómo que no podía venir y me dijo que pensaba que llegábamos más tarde pero que ya venía, en unos minutos estaba allí. De vuelta al casino se cruzó con otro tipo y le dijo que ya teníamos taxi. Así que esa era otra estrategia para engañarte. Cuando alguien se te acerca y te ofrece su ayuda en un lugar así, siempre hay que sospechar. Lo bueno fue ver su reacción al decirle: y tú para qué dices que no puede venir??
Al volver Jordi está con 2 policías, se quedaban con nosotros hasta que viniera nuestro taxista. La primera chica policía que nos vio al salir del otro taxi se encargó de llamarles para que vinieran y nos hicieran de niñeros. Gracias a esto pudimos estar tranquilos. Es más, viendo que López no venía, lo llamaron ellos desde su móvil 2 veces asegurándose de que vendría a buscarnos diciendo que si no venía, ellos buscarían a otro taxista de confianza para que nos llevara. Pero pronto apareció y pudimos irnos, no sin antes hacernos una foto con nuestros salvadores.


López nos llevó a la aduana para sellar el pasaporte y nos dejó con otro taxista de Huaquillas, Ecuador, el cual nos llevó por 2,5 $ a la estación de buses de la compañía Azuay, con la que iríamos a Cuenca por 7 $ cada uno. Por cierto, este taxista de Huaquillas nos aconseja que cojamos siempre, en todo Ecuador, taxis amarillos con cámara como el suyo para ir seguros. Tardamos poco más de 4 horas en llegar y una vez en Cuenca vamos en taxi por 2$ al centro, a un hostal que habíamos visto en internet, Niza, pero no nos gustó y buscamos otro por el centro. Al final encontramos uno que habíamos visto en internet y que nos gustó más, Bauhouse Hostel, a una cuadra de la plaza principal, y que está súper bien, por 10$ por persona en dormitorio compartido y con desayuno. Hostal tranquilo, nuevo y limpio.


Cuenca es una ciudad ubicada en un valle interandino de la sierra sur ecuatoriana. Ubicada sobre una gran planicie de la cordillera de los Andes y bañada por 4 ríos, es oficialmente llamada "Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca". Su Centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999.  Es llamada la Atenas del Ecuador por su majestuosa arquitectura. La fundación formal de Cuenca por parte de los Españoles fue en 1557 por orden del Virrey de Perú y Marqués de Cañete, Don Andrés Hurtado de Mendoza, y la ciudad fue nombrada Cuenca en honor a su ciudad en España.
Los próximos 2 días los pasaríamos conociendo esta ciudad y respirando la amabilidad, hospitalidad y tranquilidad de sus gentes.

    Catedral de la Inmaculada Concepción:
  
Vistas desde el mirador de Turi:
Se puede llegar en un bus turístico que hace ruta por varios lugares por 5$, ó en bus urbano de color azul, según nos dijeron la línea 7. Nosotros fuimos andando, una media hora más unos 500 escalones aprox., y es que el bus no conseguimos verlo donde nos dijeron. Y a unos 2500 msnm. cuesta pero se puede.




 Iglesia el Sagrario (Catedral Vieja)
 Iglesia de San Alfonso

El tercer día hacemos caso de los consejos y vamos al Parque Nacional El Cajas, a una media hora en bus (30 km), desde la estación la Terminal Terrestre ó desde la Terminal Sur. Leímos y nos dijeron en la oficina de turismo, que sólo salían desde esta última y a las 10:20 h., pero el bus venía desde la Terminal Terrestre y antes de las 10, es el bus que va hacía Quito (1,75$). La entrada al Parque no cuesta nada, nos habían dicho que costaba 10 $ por persona.
Para llegar desde el centro a la Terminal Terrestre hay buses de línea por 0,25$, que te dejan en la misma terminal, taxi son 2$.
El parque está a una altura de entre 3.150 y 4.450 msnm y existen unas 235 lagunas.
No tuvimos suerte con el día y estuvo nublado y lloviendo, así que no pudimos disfrutarlo en su esplendor. Hay rutas para todos los gustos, desde la más corta de 4 horas, hasta de 6 horas ó más con subidas más pronunciadas. Nosotros hicimos, cómo no, la más sencilla, pero no la llegamos a hacer entera, ya que el paisaje sin sol no era demasiado espectacular y notamos mucho la altura, que no nos dejaba subir ni una pequeña cuesta sin ahogarnos y tener que parar. Una lástima! Pero pasamos una buena mañana.
Para la vuelta nos dijeron que había un bus a las 13:30 y otro a las 15:30 h. Estábamos listos para el de las 13:30 h., este venía lleno, pero en 10 minutos pasó otro y en este sí nos pudimos subir.
Muchas veces no coincide lo que te dicen con la realidad, y eso nos lo demostró de nuevo.  








El día siguiente, que es domingo, vamos a los pueblos de Gualaceo y Chordeleg, donde hay mercados interesantes según la guía y la oficina de turismo. Gualaceo está a una hora en bus, desde la Terminal Terrestre salen cada 15 minutos y cuesta 0,60$ y Chordeleg está a 5 km.de Gualaceo, por 0,25$. Primero visitamos el mercado de Gualaceo, que nos dejó algo desilusionados, ya que esperábamos otro tipo de mercado donde vendieran desde verdura hasta animales ó artículos para el hogar, pero este era un mercado normal. Lo que sí lo hace especial a otros es el hornado de chancho (cerdo) que hacen en la parte superior, donde lo puedes comer y que por supuesto hicimos.
Después fuimos al de Chordeleg y este no tenía nada diferente, sí su plaza principal llena de joyerías artesanales interesantes, pero es prescindible totalmente.
Al tercer pueblo que dicen vale la vena, SigSig, no llegamos a ir, este está a media hora más de viaje y es típico porque allí venden los sombreros de Panamá.

    GUALACEO:
Calle del Mercado, vista de la entrada a la izquierda
Comiendo Tortilla de Maiz

 Chancho horneado
Comiendo el chancho horneado. Fuerte pero rico


En todos estos días que hemos pasado en Cuenca nos hemos sentido muy bien. La ciudad nada más llegar nos cautivó por su belleza y también por la tranquilidad y seguridad que se respiraba en ella. Ya sabíamos que era parada obligada si se visita Ecuador y aconsejamos visitarla, no defrauda en absoluto.
Destacables son su infinidad de pastelerías donde degustar deliciosos dulces tradicionales, panes, galletas..
Ecuador nos está sorprendiendo para bien, lo seguiremos viendo.

CHACHAPOYAS y PUNTA SAL

viernes, 24 de enero de 2014

19-01-14.

Salimos con la compañía "Movil Tours" hacia Chachapoyas. 55 soles por persona. La noche se nos hace pesada por estar en la parte de atrás con el ruido del motor y el movimiento del bus, que en esta parte y con tantas curvas, se nota más, llegando a las 6:30h.


Chachapoyas está al nor-oriente de Perú, capital de la provincia de Chachapoyas y del departamento de Amazonas.

Taxi al hostel Chachapoyas Backpakers por 3 soles. Cuesta 18 soles por persona en dormitorio para 3 personas (5€) y 20 en el de 2. Este hostel es el mejor en el que hemos estado hasta el momento, limpio, buen servicio y a una cuadra de la Plaza de Armas. Sus dueños Jose y Dona son encantadores.
Dejamos las cosas y mientras nos preparan la habitación salimos a desayunar a la panadería José, cerca del hostal y muy recomendable para desayunar ó comer. Aquí vendríamos todos los días y a todas horas.
El resto del día lo dedicamos a descansar y no hacer nada, y pasar la resaca, que cuesta.
Chachapoyas: 



 

Ya el día siguiente nos ponemos en marcha y en el mismo hostal reservamos la excursión para ir a Kuelap, por 35 soles más la entrada de 15 soles. Salimos a las 8:30 h. Son más de 2 horas en minivan hasta llegar a la entrada de la antigua ciudad, más una subida caminando de unos 20-25 minutos.

Kuelap es un importante sitio arqueológico pre-inca a 3.000 msnm, construido y habitado por la Cultura Chachapoyas (1.000 a 1.400 d.c.). Conjunto fortificado levantado alrededor del 800 d.c. de unas 450 hectáreas cuyo sector más importante es Fortaleza. A su alrededor hay una muralla de unos 30 m.de altura y 600 m. de largo, con 3 estrechos ingresos con forma de embudo de 3 m. hasta los 0,70 m. en su interior, obligando de este modo al ingreso de sólo una persona a la vez, lo que ha sido entendido como una medida de control y defensa.
En su interior se ubican 505 viviendas, la mayoría circulares, construidas de piedra con técnica detallada, estética, decorados con frisos romboides y figuras antropomorfas en alto relieve, donde vivieron unas 3.000 personas. Ya fuera se construyeron al menos 198 viviendas más.
Fueron utilizados más de 25 millones de metros cúbicos de material, 3 veces más que el usado para la gran pirámide de Keops en Egipto. Cuenta con 3 niveles, uno ocupado por el pueblo y los otros 2 destinados a los jefes militares y maestros. Para algunos era un centro administrativo, para otros una fortificación destinada a proteger el dominio Chachapoyas en la zona.







Murallas
 








Vivienda circular reconstruída




Ingreso en forma de embudo

La visita dura una hora aprox. De vuelta parada a comer y regresamos a Chachapoyas a las 6 de la tarde. Ducha rápida, compramos los billetes de bus de vuelta a Chiclayo para el día siguiente y fuimos a cenar con Cho, la chica taiwanesa que conocimos en casa de Iván en Huaraz, la que por casualidad vimos de pasada en Trujillo y a la que volvimos a ver aquí. Además es su cumpleaños y charlamos y nos reímos un buen rato con ella. Esta chica es genial y única. Una de esas personas que te encanta haber conocido, siempre riendo y haciéndote reir.

La mañana siguiente también salimos a las 8:30 h., después de desayunar en la panadería José, para ir esta vez a ver la Catarata Gocta, la tercera cascada más alta del mundo con 771 metros. Hace unos años tuvimos la suerte de poder ver la más alta, el Salto del Ángel en Venezuela, con 979 metros, y ahora veríamos la 3ª, después del Salto del Tugela en Sudáfrica, con 948 metros.
Gocta es conocida como "La Chorrera". Fue dada a conocer al mundo en 2006 por el investigador alemán Stefan Ziemendorff, y fue considerada en ese momento como la tercera más alta del mundo. Es una catarata de 2 saltos, el primer salto es de 231 metros y el segundo de 540. Durante décadas, los pobladores del pueblo Cocachimba, vivieron atemorizados por sus creencias, lo cual no les permitó aprovechar en beneficio propio este importante atractivo turístico.

Se tarda una hora en minivan hasta el pueblo de Cocachimba, donde se inicia la caminata de 2 horas y media que nos dejaría en la base de la cascada, y no llano precisamente, si no todo los contrario. El guía nos preguntó antes de salir si alguno sufríamos del corazón ó queríamos ir a caballo por 30 soles ida y vuelta, y más tarde entenderíamos el por qué de la pregunta. Subidas y bajadas que a la ida no se hacen tan pesadas, pero que a la vuelta ya se hacían algo duras. Además de la lluvia, que lo hace más pesado. Aunque eso es bueno para ver la cascada con más caudal, el doble del que suele tener en los meses de Julio y Agosto. Aunque en esa época te puedes bañar, pero no nos imaginamos el calor hasta llegar allí.
Lo pesado de la caminata pierde toda su importancia cuando llegas y ves este salto majestuoso.





                                                              Primer salto - 231 metros

                                                       Segundo salto - 540 metros





Otras 2 horas de vuelta, ya que no paramos, pero qué 2 horas! En cuánto llegamos, cerveza sin dudarlo, comemos, y en una hora más de minivan estamos de vuelta en el pueblo, cansados, pero súper contentos y satisfechos. Nos duchamos, recogemos las cosas y a la estación de bus, que a las 19:30h. salíamos de vuelta a Chiclayo.

Habíamos venido a esta zona de Chachapoyas expresamente para ver Kuelap y Gocta y desde luego no nos han decepcionado en absoluto, sobretodo por Gocta, única y expectacular.


A las 4:20h. de la madrugada llegamos a Chiclayo y sin movernos de la estación esperamos que llegue el tío de Marko, que nos llevará a las estaciones de bus donde nosotros salimos hacia la playa y Marko de vuelta a Trujillo. Nos despedimos con pena ya que habíamos pasado días geniales juntos, pero contentos de habernos conocido y pasado tantos buenos momentos.

Nuestro bus salió el primero, a las 6 h. rumbo Punta Sal, ciudad Balneario muy tranquila y perfecta para descansar unos días después de tanto ritmo sin parar.
Fuimos con la compañía Chiclayo hasta Piura, el cual sale cada 15 minutos, ya que el resto de compañías sale por la noche (15 soles). Llegamos a Piura a las 9:15 h., donde cogíamos a las 10:30 h. otro bus con la compañía El Dorado hacia Tumbes (22 soles), parando en Punta Sal. Hay que avisar que bajas en Punta Sal, ya que si no, no para. Llegamos a las 14 h.
Punta Sal está a 20 minutos de Máncora, donde todo el mundo va buscando fiesta y está masificado. Nosotros huimos de ese ambiente.
El bus te deja en la carretera, la Panamericana, y aquí hay que coger una moto-taxi que por 3 soles te acerque a Punta Sal, a 2 minutos. Aquí no hay mucha variedad, sólo algunos alojamientos y otros tantos restaurantes. Íbamos buscando donde alojarnos y un motorista nos informó de la casa de Jerry, junto a la playa. Miramos algunas opciones y viendo que todas eran caras nos acercamos a verla. Nos lo deja por 80 soles ya que estaremos varias noche, cuando el resto eran de 115 para arriba. Y con la mejor situación posible, a pie de playa y con Jerry, que es todo un personaje digno de conocer, encantador y auténtico.
Aquí pasaríamos los próximos 3 días, descansando, disfrutando de la playa y del sol, aunque a los que somos del mediterráneo este mar nos da respeto ya que lo vemos demasiado bravo. La primera vez que nos bañamos una ola nos hizo tocar suelo y ya no volvimos a meternos. Pero igualmente disfrutamos.




 







  Con Jerry y Manuel y Santiago, unos argentinos bien chéveres
 


 
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