Nos despedimos de Punta Sal y a un nuevo país, Ecuador, concretamente Cuenca. Se puede hacer de 2 maneras, salir en bus desde Máncora, a 20 minutos al sur de Punta Sal, por 60 soles, pero eso sí, sólo salen buses por la tarde-noche, o ir en colectivo hacia el norte hasta Tumbes, de ahí en taxi hasta la frontera y otro taxi hacia Huaquillas, Ecuador, y allí bus a Cuenca.
Nosotros escogemos esta última opción, ya que para variar, nos han dicho que esta frontera es complicada y hay que tener cuidado de noche. Jerry nos puso en contacto con un taxista de confianza de Tumbes y ya íbamos a lo seguro, ya que si no vas con alguien recomendado no son muy de fiar.
Nos despedimos de Jerry, Manuel y Santiago y vamos en moto-taxi a la Panamericana. Nada más llegar había un taxista que ofreció llevarnos por el mismo precio del bus, 10 soles por persona. Suponemos que le interesaría no ir vacío y nos fuimos con él. En una hora estábamos en Tumbes. Y aquí es donde empezó lo bueno. Bajamos del taxi y sin tiempo a reaccionar aparecieron 3 chicos y empezaron a ofrecerse para llevarnos. Les dijimos que no, que ya teníamos taxi, pero insistieron. Nosotros sacando las mochilas del coche y intentando hablar con nuestro taxista para pagarle, pero no nos dejaban. Hasta una mujer se acercó a Jordi y le dijo: pero chico, cuidado, que te van a robar la mochila!! Y esto es lo que hacen, o despistarte para quitarte la mochila y salir corriendo, o engañarte y llevarte a la frontera cobrándote varias veces más de lo que cuesta. No es muy aconsejable ir directamente a Tumbes sin haber contactado con un taxista de confianza. El que nos esperaba a nosotros se llama López y su teléfono móvil es: 942469619. Llamarle antes de ir y concretar, es un hombre majísimo y de fiar.
Total, que al salir del taxi vimos una chica policía y le preguntamos donde descambiar dinero para pagar al taxista haciéndole ver que estábamos acosados por estos personajillos. Nos dijo que entráramos en un casino que hay a unos metros y allá vamos. Y cómo en la puerta hay un guardia de seguridad, nos acercamos con las mochilas y le dijimos si podíamos entrar a pedir cambio y dejar nuestras mochilas en la puerta junto a él. Entramos uno y cambiamos, una cosa menos. Sólo faltaba llamar a nuestro taxista López y que nos viniera a recoger. Y apareció otro tipo que haciéndose el amable dijo que nos acompañaba a llamar por teléfono, fui con él y Jordi se continuó quedando en la puerta del casino con las mochilas y el guardia de seguridad. Fuimos a una cabina al otro lado del casino (luego vimos que había una más cerca) y diciendo que ya se pone él, llama, habla con López diciendo: así que está en Puerta Pizarro.. pues nada adiós. Y colgó diciendo que no podía venir. Y cómo sonaba sospechoso, le dije que ya llamaba yo. Volví a llamar y hablé con él diciéndole que cómo que no podía venir y me dijo que pensaba que llegábamos más tarde pero que ya venía, en unos minutos estaba allí. De vuelta al casino se cruzó con otro tipo y le dijo que ya teníamos taxi. Así que esa era otra estrategia para engañarte. Cuando alguien se te acerca y te ofrece su ayuda en un lugar así, siempre hay que sospechar. Lo bueno fue ver su reacción al decirle: y tú para qué dices que no puede venir??
Al volver Jordi está con 2 policías, se quedaban con nosotros hasta que viniera nuestro taxista. La primera chica policía que nos vio al salir del otro taxi se encargó de llamarles para que vinieran y nos hicieran de niñeros. Gracias a esto pudimos estar tranquilos. Es más, viendo que López no venía, lo llamaron ellos desde su móvil 2 veces asegurándose de que vendría a buscarnos diciendo que si no venía, ellos buscarían a otro taxista de confianza para que nos llevara. Pero pronto apareció y pudimos irnos, no sin antes hacernos una foto con nuestros salvadores.
López nos llevó a la aduana para sellar el pasaporte y nos dejó con otro taxista de Huaquillas, Ecuador, el cual nos llevó por 2,5 $ a la estación de buses de la compañía Azuay, con la que iríamos a Cuenca por 7 $ cada uno. Por cierto, este taxista de Huaquillas nos aconseja que cojamos siempre, en todo Ecuador, taxis amarillos con cámara como el suyo para ir seguros. Tardamos poco más de 4 horas en llegar y una vez en Cuenca vamos en taxi por 2$ al centro, a un hostal que habíamos visto en internet, Niza, pero no nos gustó y buscamos otro por el centro. Al final encontramos uno que habíamos visto en internet y que nos gustó más, Bauhouse Hostel, a una cuadra de la plaza principal, y que está súper bien, por 10$ por persona en dormitorio compartido y con desayuno. Hostal tranquilo, nuevo y limpio.
Cuenca es una ciudad ubicada en un valle interandino de la sierra sur ecuatoriana. Ubicada sobre una gran planicie de la cordillera de los Andes y bañada por 4 ríos, es oficialmente llamada "Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca". Su Centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999. Es llamada la Atenas del Ecuador por su majestuosa arquitectura. La fundación formal de Cuenca por parte de los Españoles fue en 1557 por orden del Virrey de Perú y Marqués de Cañete, Don Andrés Hurtado de Mendoza, y la ciudad fue nombrada Cuenca en honor a su ciudad en España.
Los próximos 2 días los pasaríamos conociendo esta ciudad y respirando la amabilidad, hospitalidad y tranquilidad de sus gentes.
Catedral de la Inmaculada Concepción:
Vistas desde el mirador de Turi:
Se puede llegar en un bus turístico que hace ruta por varios lugares por 5$, ó en bus urbano de color azul, según nos dijeron la línea 7. Nosotros fuimos andando, una media hora más unos 500 escalones aprox., y es que el bus no conseguimos verlo donde nos dijeron. Y a unos 2500 msnm. cuesta pero se puede.
Iglesia el Sagrario (Catedral Vieja)
Iglesia de San Alfonso
El tercer día hacemos caso de los consejos y vamos al Parque Nacional El Cajas, a una media hora en bus (30 km), desde la estación la Terminal Terrestre ó desde la Terminal Sur. Leímos y nos dijeron en la oficina de turismo, que sólo salían desde esta última y a las 10:20 h., pero el bus venía desde la Terminal Terrestre y antes de las 10, es el bus que va hacía Quito (1,75$). La entrada al Parque no cuesta nada, nos habían dicho que costaba 10 $ por persona.
Para llegar desde el centro a la Terminal Terrestre hay buses de línea por 0,25$, que te dejan en la misma terminal, taxi son 2$.
El parque está a una altura de entre 3.150 y 4.450 msnm y existen unas 235 lagunas.
No tuvimos suerte con el día y estuvo nublado y lloviendo, así que no pudimos disfrutarlo en su esplendor. Hay rutas para todos los gustos, desde la más corta de 4 horas, hasta de 6 horas ó más con subidas más pronunciadas. Nosotros hicimos, cómo no, la más sencilla, pero no la llegamos a hacer entera, ya que el paisaje sin sol no era demasiado espectacular y notamos mucho la altura, que no nos dejaba subir ni una pequeña cuesta sin ahogarnos y tener que parar. Una lástima! Pero pasamos una buena mañana.
Para la vuelta nos dijeron que había un bus a las 13:30 y otro a las 15:30 h. Estábamos listos para el de las 13:30 h., este venía lleno, pero en 10 minutos pasó otro y en este sí nos pudimos subir.
Muchas veces no coincide lo que te dicen con la realidad, y eso nos lo demostró de nuevo.
El día siguiente, que es domingo, vamos a los pueblos de Gualaceo y Chordeleg, donde hay mercados interesantes según la guía y la oficina de turismo. Gualaceo está a una hora en bus, desde la Terminal Terrestre salen cada 15 minutos y cuesta 0,60$ y Chordeleg está a 5 km.de Gualaceo, por 0,25$. Primero visitamos el mercado de Gualaceo, que nos dejó algo desilusionados, ya que esperábamos otro tipo de mercado donde vendieran desde verdura hasta animales ó artículos para el hogar, pero este era un mercado normal. Lo que sí lo hace especial a otros es el hornado de chancho (cerdo) que hacen en la parte superior, donde lo puedes comer y que por supuesto hicimos.
Después fuimos al de Chordeleg y este no tenía nada diferente, sí su plaza principal llena de joyerías artesanales interesantes, pero es prescindible totalmente.
Al tercer pueblo que dicen vale la vena, SigSig, no llegamos a ir, este está a media hora más de viaje y es típico porque allí venden los sombreros de Panamá.
GUALACEO:
Calle del Mercado, vista de la entrada a la izquierda
Chancho horneado
Comiendo el chancho horneado. Fuerte pero rico
Destacables son su infinidad de pastelerías donde degustar deliciosos dulces tradicionales, panes, galletas..
Ecuador nos está sorprendiendo para bien, lo seguiremos viendo.