USHUAIA, LA CIUDAD DEL FIN DEL MUNDO. PARTE 1

31-10-13.



- Con el recuerdo del incidente de El Prat pasando tantos nervios, en control de pasaportes al llegar Buenos Aires se limitaron a preguntarnos dónde dormíamos y qué ruta haríamos, nada de billete de vuelta, salidas.. nada. Visto esto entendemos que no hace falta ningún visado. Bueno, NO ENTENDEMOS NADA -

27 horas después llegamos a Ushuaia, la ciudad del fin del mundo, la más austral del Planeta, capital de la Provincia de Tierra de Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Ubicada en las costas del canal Beagle y rodeada por la cadena montañosa del Martial, en la Bahía de Ushuaia.

Un poco de historia:
En 1882 el presidente argentino Roca buscaba resolver el problema del hacinamiento de la población carcelaria en Buenos Aires y también quería asegurar la soberanía argentina en esa zona tan remota y despoblada. Para matar 2 pájaros de 1 tiro decidió fundar la ciudad de Ushuaia y erigir allí un presidio. Fueron los presos quienes construyeron Ushuaia. Ellos instalaron la luz eléctrica, fabricaron el muelle, el edificio de correos y el comienzo de la ruta.
Sus talleres de imprenta, fotografía, sastrería, zapatería, carpintería, servicio médico y farmacia cubrieron las necesidades de una población separada de su centro de abastecimiento principal, desde donde los barcos llegaban, con suerte, una vez al mes.

El primer día hemos visitado el Penal de Ushuia...
El penal de Ushuaia fue una cárcel que funcionó entre 1904 y 1947. La dureza de las condiciones climáticas y el aislamiento geográfico de la ciudad más austral del mundo reforzaban la seguridad del presidio, destinado a delincuentes comunes reincidentes y de la más alta peligrosidad, y empleado también a veces para detenidos políticos.

 

La entrada nos cuesta 110 pesos por persona (13€) con visita guiada.

Una visita interesante. La verdad es que nunca habíamos visitado una cárcel. Suerte que hemos podido salir.

 

Y por la tarde ruta en barco por el Canal de Beagle.

 

 

 

Paso natural que une el atlántico y el pacífico, atravesando América.

Hay 3 tipos de barco para recorrer el canal, en catamarán para unas 100 personas por 350 pesos, en yate para 10 ó 25 personas por 380 pesos o en velero por unos 450 pesos, 10 personas. En todos hay que sumar 10 pesos por la tasa gubernamental.

Hay otras excursiones para ver pingüinos pero son 6 h.de travesía por el canal.

Entre las varias agencias que venden la excursión en el Muelle Turístico, hemos escogido Patagonia Adventure, en yate para 25 personas. Por precio y por acercarse más a tierra en las islas para poder ver más de cerca a los lobos marinos.

Pasamos casi 4 horas, parando en las islas Alicia e Isla de los Pájaros para ver los lobos y cormoranes (aves de la familia de los pingüinos) y en isla “Bridges”, donde paramos 40 minutos para disfrutar de las vistas de la bahía. Pasamos también por el faro de Les Eclaireurs, símbolo de la ciudad.

 

Hemos disfrutado sobre todo de los lobos marinos, que era lo que más ilusión nos hacía, además viéndolos bastante cerca. Y nos hemos empapado un poco de la historia de los aborígenes Yámanas, que habitaban en esta zona.

 

Cómo anécdota, hemos ganado esta bandera en un sorteo entre todos los que íbamos en el barco, con el compromiso de enviarles una foto con ella en un lugar emblemático de nuestra ciudad de origen. Hemos decidido que será la Sagrada Familia.

 

Esperemos que no tengan prisa..

 
Para acabar el día hemos cenado en buena compañía con nuestras anfitrionas de couchsurfing Ana Cecilia, Susana, Dana y una amiga de ellas, Marcela. Nos hacen sentir como en casa, a 12.600 km.de ella.

Nuestra salida de Ushuaia que teníamos prevista para dentro de 2 días, el sábado día 2, la vamos a aplazar ya que nos han pedido que nos quedemos el fin de semana para poder visitar con ellas más lugares, así que nuestra estancia aquí será más larga de lo esperado. Y cómo decirles que no!

 

Empezamos a saborear las ventajas de este tipo de viaje único.